En nuestro cuarto programa Diego inaugura la sección humanística hablando de mitos nacionales; ¿cómo entender el presente de las naciones sin conocer las mezclas de leyenda y realidad que sirvieron como base a esas construcciones? También en este programa liberamos en pleno directo los siguientes libros: El capitalismo financiarizado: expansión y crisis; Vacas, cerdos, guerras y brujas; El mejor lugar del mundo es aquí mismo; y El manifiesto contrasexual.
Raquel nos invita a ver Los amores imaginarios. Aquí os dejamos el trailer para ir abriendo boca: https://www.youtube.com/watch?v=OAGZz7Jgr8I.
Además, una pincelada morada algo más dura de lo que Andrea nos había acostumbrado. Y un fragmento de Ventajas de viajar en tren.
Y aquí os dejamos aquí la playlist del programa:
- Hombre bueno - Depedro
- No more heroes - The Stranglers
- Sufrir - Javiera Mena
- Verano azul, invierno nuclear - Band à part
- Leyenda - Joe Crepúsculo
Y el podcast con el editorial:
Señoras
y señores, damas y caballeros, ha llegado a su ciudad el gran circo de los
sindicatos mayoritarios: el 1 de mayo.
Durante
el día de mañana podrán ver por las calles de su ciudad hordas de trabajadores
ataviados con todo tipo de propaganda del sindicato del que con mayor o menor
convicción forman parte. En este apasionante espectáculo encontraremos a los,
muy cumplidores con la fecha, afiliados que se pasearán hablando tranquilamente
con sus colegas hasta llegar a un acto mazo de reivindicativo en el que unos
señores, y remarco lo de señores como personas de sexo masculino, darán un
mitin mazo de sentido con el que todos ustedes podrán constatar cómo de puteada
está la clase trabajadora, empezando por ellos, claro, que lideran el
movimiento.
Ha
llegado el 1 de mayo, la navidad de la clase trabajadora, cada vez menos gente
cree, pero año tras año repetimos oraciones vacías, peticiones, y recordamos a
nuestros mártires, en esta ocasión los de Chicago, a los que en realidad ya
nadie recuerda.
¡Pero es que el 1 de mayo es una fiesta! Un día simbólico que
con un poco de suerte todavía recuerda a algunos lo que fue la lucha de la
clase trabajadora. Y
tan bien que les viene, a los que aún trabajan, un día de descanso; una pena
que este año no vaya a hacer bueno para ir a merendar al pinar. Y es que lo que
no alcanzo a entender es a quienes todavía siguen a pies juntillas a las
grandes marcas sindicales cuando han llevado a cabo expedientes de regulación de empleo entre sus propios trabajadores mientras un más que generoso puñado de liberados
sigue viviendo del cuento, con perdón.
Que
viva el 1 de mayo y vuestro santo merchandaisin,
aunque por aquí haya gente que piensa que mañana no hay nada que celebrar, sino
mucho por lo que luchar.
Virginia Hernández
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